sábado, 27 de noviembre de 2010

LA CONDUCTA HUMANA

La mayoría de los psicólogos de hoy convienen en que el objeto propio de las ciencias psicológicas es la conducta humana. Pero, por “Conducta humana” se entienden muchas cosas, además de poder ser enfocada desde muy diversos puntos de vista. Conducta humana es la lucha por la vida del recién nacido prematuro.

Artistas, científicos, profesores, políticos, ejercitan la conducta humana cuando aplican sus conocimientos y destrezas a sus tareas correspondientes. Conducta humana son las fantasías de un niño, los sueños del adolescente, las alucinaciones del alcohólico. La conducta humana se conoce bien, pero se comprende poco.

Cuando hablamos de conducta, aludimos primeramente, a las actividades claras y evidentes observables por los demás: su caminar, hablar, testicular, su actividad cotidiana… a esta conducta se le denomina conducta evidente por ser externamente observable.
Interpretación científica de la conducta

Para hacernos cargo de cualquier problema humano debemos intentar comprender primero la conducta humana de un modo científico. Entender a “nivel científico” la conducta quiere decir que nos es preciso conocer los principios que la rigen.

Estos principios son tres:
Casualidad, motivación y finalidad.

Casualidad: para este principio, toda conducta es causada, obedece a una causa. Ante una situación dada nos comportamos de una manera y no de otra: según este principio debemos buscar la razón de esta unicidad del comportamiento en hechos precedentes y no en el resultado o realización del mismo.

Motivación: toda conducta esta motivada por algo.
Perseguimos siempre una finalidad en el comportamiento, y por ella cobra sentido la conducta del hombre y puede ser interpretada.


Proceso de la conducta humana

Las conductas difieren entre si porque los sujetos:
  1. Se encuentran en situaciones distintas.
  2. Tienen diferencias individuales,
  3. Persiguen fines diferentes.

Es decir, que todo proceso conductual seguirá este derrotero:
- un estimulo actuaría sobre el individuo
- dando lugar a una conducta
- que lleva una realización

El estudio de la conducta humana se caracteriza porque sostiene que la conducta:

  1. Esta causada y, por lo tanto, para conocerla hay que analizar los hechos que la preceden.
  2. Varía con la naturaleza del estímulo y debe hacerse cargo con él y de la situación en que se da.
  3. Varía también con la naturaleza de la persona, debe ser analizada para ser comprendida y se debe tratar de saber de sus aptitudes, temperamento, carácter, experiencias anteriores.

La psicología tiene por objeto conocer científicamente a los seres humanos, para ello, observa su conducta o comportamiento. Describe las diferentes formas de la conducta, identifica cada una de estas formas y las distingue de las demás, las explica e interpreta y también aplica todo este saber organizado a los asuntos de la vida práctica.

La vida psíquica es activa, porque el hombre reacciona frente a las circunstancias con actitudes corporales, gestos, acciones y lenguaje. En todas estas reacciones hay diversos factores.

  • El pensar: cuando enunciamos con palabras la solución de un problema.
  • El imaginar: cuando el sujeto crea con su acción una obra de arte.
  • El percibir: cuando excita al sujeto a coger el objeto percibido.
  • El recuerdo
  • La voluntad
  • Las afecciones: cuando el sujeto es preso de una emoción violenta, actúa exaltadamente.

La personalidad, animada por el carácter y el temperamento, es el factor global de la conducta.
Al lado de estos factores, hay otros que son o tienden a ser de naturaleza puramente mecánica. Son los reflejos, los instintos y los hábitos.

Los reflejos
Los reflejos constituyen reacciones mecánicas y constantes de músculos y glándulas, frente a estímulos físicos (luz, golpe, contacto,…) químicos (el olor de los alimentos…) y aun psíquicos (una emoción violenta desencadena reacciones instantáneas de las glándulas suprarrenales).
En los reflejos, los estímulos se convierten inmediatamente en reacciones orgánicas. Son ejemplos de reflejos: la reacción de la rótula cuando responde al estimulo físico de un ligero golpe, la reacción de los dedos del pie cuando se estiran al estímulo de un roce en la planta de nuestra extremidad inferior, la reacción de la pupila que se agranda o empequeñece según la cantidad de luz que penetra en ella. Todas estas son reacciones mecánicas: se producen sin la intervención del yo. La función de los reflejos es la de contribuir a adaptar mecánicamente el organismo a su ambiente.

Los instintos
Los animales son muy ricos en conducta instintiva. Los seres humanos en cambio, ostentan instintos muy pobres. La conducta llamada instintiva se ha debilitado considerablemente en el hombre. Lo que el hombre tiene de común con los animales son las necesidades instintivas, es decir, impulsos a cumplir ciertos actos con los cuales está ligada la conservación de la vida.
Podemos definir los instintos como las reacciones impulsivas destinadas a satisfacer necesidades biológicas fundamentales.
Los instintos fundamentales del hombre son los siguientes:
- Los instintos de conservación: impulsan al hombre a satisfacer su necesidad de alimentarse, de protegerse contra el frió y el calor excesivos, etc.…, lo impulsan a huir automáticamente, ciegamente ante los peligros, a la lucha cuando ella es inevitable para conservar la vida, etc.
- Los instintos de reproducción: impulsan al hombre a perpetuar la especie humana.
- Los instintos gregarios: impulsan al hombre a buscar la sociedad con otros seres humanos.

Los hábitos
Una vez que el organismo ha adquirido una habilidad motor (como caminar), ocurre que esa habilidad se repite innumerables veces en actos de conducta. El habito es una reacción adquirida (no innata) y relativamente invariable. La función del habito es la de disminuir el esfuerzo de la voluntad (al caminar, no nos proponemos deliberadamente adelantar un pie luego el otro), el esfuerzo de la atención (no necesitamos poner atención ni ser conocientes de los movimientos que efectuamos al caminar) y del pensar (tampoco pensamos en lo que vamos haciendo al caminar). El hábito tiene de común con los reflejos y los instintos que él también tiende a mecanizar la conducta.

Saithrhu R. González C.
C.R.F

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